Cuando mi Tío Enrique decidió irse a vivir de una vez por todas al vecino estado de Oaxaca por situaciones de índole laboral, tuvo que vender gran parte de su patrimonio personal - léase muebles y electrodomésticos - pero lo que no pudo vender fue su invaluable biblioteca personal, ante la imposibilidad de encontrar un mercado a fin a la lectura que pudiese vender sus ejemplares con la prestesa que la situación ameritaba, decidió muy a su pesar repartir entre sus sobrinos sus atesorados libros, casi un 80 % del acervo bibliografico es sobre el apasionante tema del cine , y entre los afortunados se encuentra su humilde servidor. Conocedor de mi gran pasión por el cine mudo, me regalo muy buenos ejemplares sobre La Historia del Cine, inclusive para mi sorpresa, un poster original de la película de King Kong de 1933, ya que mi tío desde muy chaval su primer empleo fue ser el encargado de pegar los carteles de las películas en las calles del pueblo de Ocozocuautla y ser el proyector de las mismas - Cinema Paraíso su filme de su vida - pero conocedor de mi parafilia de la obra cinematográfica del director Aragonés Luis Buñuel, dentro del mentado paquete de libros incluía una joyita, el primer volumen de las memorias de Buñuel "Mi último suspiro" de 1983.
Redactado por su gran amigo, el actor y guionista galo Jean-Claude Carriére, colaborador intimo de sus ultimas 6 películas de Buñuel, el libro autobiográfico no pretendió en lo absoluto ser grandilocuente, pomposo y auto complaciente, con una sinceridad y sencillez muy sui generis, Buñuel cuenta sus orígenes, de sus Padres, su nacimiento en su amada Calanda, sus experiencia personales que le marcarían para toda la vida, el sexo, la muerte y la religión, sus recuerdos de bachiller, sus relaciones con Dalí, Lorca, Alberti y una pléyade de personajes de la cultura mundial que no tendría espacio para escribir todos sus nombres, que conoció y que pertenecen a la memoria de sus relatos, su estancia en Francia,lo desgarrador de La Guerra Civil, su migración a Los Estados Unidos, su llegada y residencia en México, su compromiso intelectual con la denuncia social, su segunda etapa francesa y lo que el llamo "la despedida" de esta vida.Mi ultimo suspiro es una lectura obligatoria para todos aquellos que se dicen ser cinéfilos y aun mas, lo denominados surrealistas en el cine, Buñuel lejos de ser el filmaker de la actualidad lleno de glamour, dinero y fama, durante gran parte de su vida vivió la pobreza, el exilio, el repudio, inclusive su integridad física estuvo mas de una vez en juego por aferrase a sus ideales en plasmarlos en su obra, sin dar complacencias hipocritas y pedantes, Después de leer este magnifico libro, te darás cuenta que las biografías que se escriban sobre Buñuel están demás en lo que yo defino, el universo Buñuel.
Si logras leer el libro te recomiendo que veas para complementar el panorama el documental "A propósito de Buñuel" de Jose Luis Lopez Linares y Javier Rojo, en donde en palabra de los que lo conocieron develan la singularizad de la personalidad de Buñuel, en donde lo real se confunde con lo irreal, y lo irreverente es cosa seria. Buñuel culmina el texto con lo siguiente: "Una cosa lamento: no saber lo que va a pasar. Abandonar el mundo en pleno movimiento, como en medio de un folletín. Yo creo que esta curiosidad por lo que suceda después de la muerte no existía antaño, o existía menos, en un mundo que no cambiaba apenas. Una conclusión: pese a mi odio a la información, me gustaría poder levantarme de entre los muertos cada diez años, llegarme hasta un quiosco y comprar varios periódicos. No pediría nada mas. Con mis periódicos bajo el brazo, pálido, rozando las paredes, regresaba al cementerio y leería los desastres del mundo antes de volverme a dormir, satisfecho, en el refugio tranquilizador de la tumba".
Si logras leer el libro te recomiendo que veas para complementar el panorama el documental "A propósito de Buñuel" de Jose Luis Lopez Linares y Javier Rojo, en donde en palabra de los que lo conocieron develan la singularizad de la personalidad de Buñuel, en donde lo real se confunde con lo irreal, y lo irreverente es cosa seria. Buñuel culmina el texto con lo siguiente: "Una cosa lamento: no saber lo que va a pasar. Abandonar el mundo en pleno movimiento, como en medio de un folletín. Yo creo que esta curiosidad por lo que suceda después de la muerte no existía antaño, o existía menos, en un mundo que no cambiaba apenas. Una conclusión: pese a mi odio a la información, me gustaría poder levantarme de entre los muertos cada diez años, llegarme hasta un quiosco y comprar varios periódicos. No pediría nada mas. Con mis periódicos bajo el brazo, pálido, rozando las paredes, regresaba al cementerio y leería los desastres del mundo antes de volverme a dormir, satisfecho, en el refugio tranquilizador de la tumba".