Se escribirán ríos de tinta haciendo referencia a la efímera vida y carrera artistica llena de excesos de la cantante judeo-británica, Amy Winehouse, que poseedora de una de las voces mas privilegiadas de la primera década del siglo XXI sucumbe a los 27 años como otros privilegiados de la música de la talla Hendrix, Joplin, Morrison o Corvain.
Como la gente es muy dada a siempre recalcar los vicios, mas que las virtudes de los finados, Winehouse no escapara a los dardos envenenados de las plumas de los "calumnistas", digo, "columnistas" de los diarios amarillistas auto denominados de "espectaculos", que como buenos mercenarios escribirán epopeyas sobre su adicción a la alcohol y las drogas durasy al proceso lento y sertero de su auto destrucción. Yo la quiero recordar como la gran cantante que fue y en su legado al Jazz y el Soul que nos deja en sus dos discos.
Descanse en paz Amy Jade Winehouse.
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